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pero con un mínimo de 10 estudiantes por cualificación. Por lo tanto, los
empleadores que solo pueden contratar a 1 o 2 estudiantes tienen menos posibilidades de participar en
el sistema (a menos que la cualificación sea muy atractiva, que haya muchas empresas pidiendo
estudiantes o grandes empresas que cubren los números mínimos).
Aunque el sistema de FP dual tiene un gran potencial y presenta ventajas para las grandes empresas y
los centros de FP, las empresas más pequeñas se enfrentan a una serie de condicionantes que son más
difíciles de superar.
Salvo en el caso de las grandes multinacionales o de algunas grandes empresas nacionales, la industria
local está formada principalmente por microempresas (hasta 9 empleados), pequeñas empresas,
empresas individuales y, en algunos sectores, empresas individuales o familiares. Aunque es más
probable que estas empresas ofrezcan a los estudiantes un entorno de trabajo más interesante, por la
diversidad de tareas a realizar, contratar a un aprendiz también tiene un mayor impacto en su
actividad. Para una empresa pequeña como, por ejemplo, un salón de belleza con 3 empleados, la
actividad del estudiante, en contacto directo con los clientes, puede tener un costo real.
A menudo, las empresas que no pueden permitirse poner a los aprendices en un segundo plano o
asignar un tutor a tiempo completo para que se encargue exclusivamente de ellos, se enfrentan a
diversos problemas, a saber:
● Mala preparación teórica del estudiante, especialmente en áreas tales como: relaciones con el
cliente, imagen profesional, nociones básicas de comunicación, uso básico de las TIC y de las
tecnologías genéricas que están presentes en cualquier empresa, iniciativa, resolución de
problemas, gestión del tiempo; comunicación en un idioma extranjero si es necesario. Durante
las pocas semanas de prácticas, los tutores apenas tienen tiempo para enseñar al estudiante las
competencias específicas del sector y no hay suficiente tiempo para la comunicación con el
cliente. Por otro lado, no pueden permitirse el lujo de “ejercitar” las competencias básicas de
comunicación con los clientes reales, arriesgándose a perderlos.
● Es posible que los consumibles y los equipos sean costosos y una pequeña empresa no puede
permitirse que estudiantes sin experiencia los desperdicien.
● La burocracia de todo el proceso y los frecuentes cambios en el marco jurídico suelen
desconcertar a las pequeñas empresas, que generalmente no tienen un departamento de
recursos humanos o que no pueden asignar suficiente tiempo o personal para investigar.
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